El pasado jueves se presentó en Madrid la Asociación Española de Startups a la que he echado, encantado, una pequeñísima mano durante su fase de organización y con la que espero seguir colaborando desinteresadamente en el futuro en la medida en que mis responsabilidades laborales lo permitan.
A raíz de esta presentación de una iniciativa muy inspiradora que nace con el trabajo de personas creativas y comprometidas con su tiempo me parece interesante realizar una reflexión que es sencilla y seguramente muy compartida pero que por tan sencilla y compartida muchas veces se nos olvida: la gran importancia del asociacionismo “en positivo”.
Y para ilustrarlo de forma sencilla, nada mejor que un ejemplo vivido hace muy pocos meses en el núcleo embrionario de este nuevo proyecto asociativo: Europa está en un proceso abierto, aunque muchos de sus ciudadanos lo desconozcan, para lograr alcanzar un “Mercado Común Digital”, como es una cuestión que afecta potencialmente de forma muy grande al día a día de muchas startups es un asunto en el que estuve buceando durante algún tiempo y es casi “descorazonador” comprobar como decenas de grandes empresas multinacionales realizan su labor de lobby público ante la UE (luego está todo lo que hacen además “en privado” –legalmente, se entiende, lo otro ya entraría en una categoría distinta–) y sólo, entre más de un centenar de “tomas de postura”, unas cuantas, que se cuentan casi con los dedos de la mano, defendían otro tipo de posiciones para el mercado común digital, no basadas en los intereses directos de cada empresa, desde la base de asociaciones de empresarios o colectivos civiles de distinto tipo.
Si dejamos que las únicas voces que escuchen nuestros representantes públicos (en todos los niveles, internacional, europeo, nacional, local…) a la hora de hacer leyes sean la de las grandes multinacionales que defienden, como por otra parte es lógico, los intereses de sus accionistas (y más bien, en general, los intereses de sus altos directivos y consejos de administración) tendremos normas y desarrollos legales que no van a contemplar la mejor opción para otros nuevos actores innovadores que buscan hacer cosas de otra manera aunque altere el status quo preestablecido y, en definitiva, tendremos leyes que no irán acordes al siglo XXI en que vivimos y no van a beneficiar en toda su dimensión a los ciudadanos, “usuarios” finales de dichas leyes, en la manera en la que deberían.
Es imprescindible que la sociedad civil, en distintos órdenes y sectores, se organice para que, en un mundo tremendamente complejo y cambiante, su voz se escuche con fuerza y todas las opiniones sean ponderadas y tenidas en cuenta; mientras tanto la ventaja la tendrán los únicos que plantean con profesionalidad sus argumentos. Es por ello que el nacimiento de una nueva asociación de este tipo –que como todas las asociaciones va a trabajar de forma multidimensional en muchos otros ámbitos, alguno tan fundamental como la educación– que quiere hacer oír su voz, voz que defiende en positivo el cambio y la innovación, es una muy buena noticia para este país, ojalá cunda el ejemplo.
Conoce la Asociación Española de Startups: http://www.asociacionstartups.es – @Startup_ES