Últimamente he encontrado esta historia (al parecer tradicional brasileña) en varios libros, en alguna web, en redes sociales… pero como parece que nos cuesta aprender la valiosa lección aquí la comparto de nuevo para aquellos que no la conocen o que aún no la hemos interiorizado totalmente:
Un Empresario estaba en el muelle de un pueblo costero cuando llegó un bote pequeño con un solo pescador. Dentro del bote había varios atunes amarillos de buen tamaño.El empresario elogió al pescador por la calidad del pescado y le preguntó cuánto tiempo le había tomado pescarlos.
El pescador respondió que solo un poco de tiempo. El Empresario después le preguntó por que no permanecía más tiempo y sacaba más pescado.El pescador le dijo que tenía lo suficiente para satisfacer las necesidades inmediatas de su familia.
El Empresario luego preguntó, ¿Pero qué hace usted con el resto de su tiempo?. El pescador dijo «duermo hasta tarde, pesco un poco, juego con mis hijos, hago siestas con mi esposa María, me voy todas las noches al pueblo donde tomo ron y toco guitarra con mis amigos «.
Tengo una vida completa y ocupada. El Empresario replicó: Yo soy un MBA de Harvard y podría ayudarte. Deberías gastar más tiempo en la pesca y con los ingresos comprar un bote más grande, con los ingresos del bote más grande podrias comprar varios botes, eventualmente tendrías una flota de botes pesqueros.
En vez de vender el pescado a un intermediario lo podrías hacer directamente a un procesador de pescado, eventualmente abrir tu propio procesador de pescado.Deberías controlar la producción, el procesamiento y la distribución. Deberías salir de este «pobre» pueblo e irte a la ciudad, luego a la capital y eventualmente al exterior, donde manejarías tu empresa en gran expansión.
El pescador preguntó, ¿Pero cuánto tiempo tarda todo eso? A lo cual respondió el empresario «entre 15 y 20 años» ¿Y luego qué? El empresario se ríe y le dice «que esa era la mejor parte». Cuando llegue la hora deberías anunciar una IPA y sacar tu empresa a bolsa. Te volverás rico, tendrás millones». » Millones… ¿Y luego qué? Dijo el Empresario: «Luego te puedes retirar«.
» Te mudas a un pueblo en la costa donde puedes dormir hasta tarde, pasear un poco, jugar con tus hijos, hacer siesta con tu mujer, ir todas las noches al pueblo donde tomas ron y tocas guitarra con tus amigos.»
El pescador respondió, ¿Acaso eso no es lo que tengo ya?