El último día de febrero de 2019 me dio por comenzar un pequeño side project con un fin únicamente de repositorio personal de sabiduria, una cuenta de Twitter dedicada a recopilar pequeñas gemas de filosofía estoica que iba descubriendo con mis, cada vez más ámplias, lecturas sobre esta escuela siguiendo precisamente el consejo que Epicteto daba a sus estudiantes de que tuvieran a mano estos principios en todo momento para guiar su vida o el ejemplo de Séneca que concluyó con breves interesantes máximas varias de sus cartas a Lucilio.
Lo que empezó como un proyecto con una utilidad principalmente privada ha ido creciendo poco a poco a lo largo de los meses –con cierta constancia y trabajo pero siempre respetando la media de cinco minutos diarios de dedicación que marqué para este side project (con el fin de que no interfiriera directamente con el mucho trabajo de estos meses y principalmente porque esta propia limitación temporal es lo que lo hacía viable y sostenible en el tiempo) — y ahora, a las puertas de cerrar ya este singular año, cuando ronda ya los 2.000 seguidores en Twitter (más de 350 nuevos en el último mes) y que veo, por la notable repercusión que generan muchas de sus publicaciones, porque incluso han interactuado con la cuenta algunos de los principales expertos internacionales referentes del estoicismo actual como Donald Robertson o Massimo Pigliucci (pese a que sólo twiteo en español porque subyace claramente la intención de alimentar la información sobre el tema en nuestro idioma donde, aunque está creciendo rápidamente, es aún bastante reducida –en favoritos de la cuenta sí que hay centenares de tweets en inglés–) o que hace unos días, para mi gran sorpresa, uno de los seguidores tradujo uno de los tweets al turco, que va teniendo una importante utilidad «social» de difusión de esta interesante filosofía y dando lugar a pequeños momentos para que la gente reflexione me parece razonable reconocer su «paternidad» (hasta ahora era una cuenta completamente anónima y justo hoy le he agregado «la firma» de @elcontemplador ) y recoger en este blog su existencia dando fe del pequeño éxito personal de este proyecto minimalista e invitaros a pasar por allí si queréis tener a diario una máxima para reflexionar (o casi a diario, porque el modelo «artesanal» con el que se realiza hace que –pese a probarlo algunos meses– no programe los tweets sino que elija a diario la frase y la publique en forma de imagen, actualmente con «Pablo by Buffer» y que haya días que la vida atropelle a la sabiduría y no haya contenido nuevo)
También me parecía interesante divulgar en mi estrecho círculo este proyecto paralelo para animar a otras personas a emprender este tipo de tareas diferentes que, si se conciben con un tiempo tasado y se acometen con constancia, pueden acabar dando lugar a realizaciones que generen valor para uno mismo y para los demás.
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