Estoicismo – Seneca: La naturaleza pone ante nuestros ojos la lección más importante que jamás podamos aprender:

«No hay destino que no se venza con el desprecio» dice el Calígula de Camus. Creo que si uno es capaz de combinar ese desapego con cierta actitud epicúrea hacia las cosas simples, lleva buen camino. Pero, me temo, también es cuestión de suerte a veces.

Un saludo 🙂