Fernando Nieto Lobato

Nací, por mis prisas por venir al mundo, en León, pero hace ya más de tres décadas que Salamanca me acogió. Desde entonces vivo en esta ciudad que, como escribió Cervantes, “enhechiza la voluntad de volver a ella a todos los que de la apacibilidad de su vivienda han gustado”. Aquí he ido hilando casi todo: las lecturas, las conversaciones, los proyectos profesionales y, sobre todo, las ganas de aprender, que siguen siendo mi motor principal.

Desde muy joven me han fascinado tres cosas que, en realidad, son una misma: los libros, Internet y la comunicación (y ahora también la IA). Las palabras como forma de comprender el mundo; la red como espacio en el que ese mundo se reinventa; y la comunicación como puente entre personas, instituciones y sociedades. Con ese hilo en la mano estudié Periodismo, me especialicé después con un Máster en Comunicación Corporativa y Gestión Estratégica del Conocimiento y, más tarde, con un MBA en Dirección y Administración de Empresas.

Durante mis primeros años profesionales trabajé, tras un breve paso por el periodismo más clásico en prensa y el departamento de Comunicación de uno de los mayores grupos empresariales de la provincia, en algunas de las principales instituciones empresariales y académicas de Salamanca, la Universidad Pontificia de Salamanca, la patronal salmantina y la Cámara de Comercio e Industria de Salamanca. Allí aprendí, a pie de terreno, cómo se construye la reputación de una organización, cómo se negocia entre intereses distintos y cómo la comunicación puede ayudar a que las cosas pasen: impulsando proyectos, tejiendo alianzas, explicando decisiones complejas a públicos muy diferentes.

En 2014 di un pequeño salto al vacío —de esos que dan vértigo pero también libertad— y fundé ThinkNet Consultora Estratégica como una forma de mantener la independencia y poder trabajar desde Salamanca en proyectos por todo el mundo, durante muchos años ligados a la actividad educativa y de consultoría impulsada por el Centro Internacional de Gobierno y Marketing Político, CIGMAP, de la Universidad Camilo José Cela. He acompañado campañas políticas, proyectos empresariales, administraciones públicas y organizaciones del tercer sector con una mezcla de estrategia, comunicación y tecnología y he tenido la suerte de formar a centenares de alumnos en comunicación, estrategia y tecnología.

Con el tiempo, ese trabajo como consultor me llevó de nuevo al terreno que más me interesa: la intersección entre política, gobierno e innovación. Hoy desarrollo buena parte de mi actividad en la Institución Educativa ALEPH, donde dirijo el área de innovación digital y colaboro en el diseño de programas de formación y simulaciones políticas para líderes y equipos de gobierno de distintos países además de trabajar en diferentes fases de distintos proyectos de consultoría. La Institución Educativa ALEPH es, en cierto modo, la cristalización de muchas búsquedas previas: un espacio para formar, investigar y experimentar en torno a la política, el liderazgo y las transformaciones tecnológicas que ya están cambiando nuestras democracias.

Desde el otoño de 2023 esa búsqueda se concreta, de forma muy visible, en estrategIA, la newsletter semanal sobre inteligencia artificial, política y gobierno que creé y que hoy dirijo y que ALEPH impulsa. Más que un boletín al uso, estrategIA quiere ser un espacio donde detenerse, mirar con calma y someter la euforia tecnológica a una pregunta simple: qué cambia realmente en la forma de gobernar, en la política y en la vida de los ciudadanos como consecuencia de la llegada de una tecnología tan disruptiva como la inteligencia artificial. Cada semana intento destilar el ruido, analizar con rigor e hilvanar artículos, casos prácticos, herramientas y prompts que resulten útiles a responsables públicos, consultores, periodistas y a cualquier persona que mire el futuro democrático con una mezcla de interés y preocupación. Hablamos de oportunidades —cómo la IA puede mejorar la acción de gobierno y el diseño de políticas públicas—, pero también de riesgos muy concretos cuando se usa sin criterio, sin ética o sin los contrapesos necesarios puesto que estamos, estoy convencido, ante una tecnología  con capacidad para cambiar por completo, para bien o para mal (dependerá sobre todo de cómo la usemos) el mundo en que vivimos.

En paralelo, mantengo desde hace años un proyecto muy distinto, que empezó como una simple tarea personal, pero profundamente conectado con todo lo anterior: Estoicismo en Tweets / estoicismo_diario, una iniciativa personal para rescatar, con ayuda de las redes sociales (y últimamente también de la IA), pequeñas píldoras de sabiduría estoica y traerlas a nuestro tiempo. Allí conviven citas de Séneca, Epicteto o Marco Aurelio que llegan cada día a centenares de miles de seguidores.

Entre un ámbito y otro —la IA y la política, la consultoría estratégica, la docencia, el estoicismo, las clases de meditación (a las que asisto los lunes y viernes)— intento mantener un equilibrio sencillo: conversar, aprender y compartir. Conversar con quienes confían en mí como consultor, como docente o como colega. Aprender cada día algo nuevo sobre comunicación, tecnología, gobiernos y personas. Y compartir lo que voy descubriendo, ya sea en un aula, en una simulación de campaña, en una newsletter, en un hilo de Twitter (aún no me he acostumbrado a llamarle X) o, incluso, en una simple imagen de Instagram con una frase estoica.

Si has llegado hasta aquí, ya tienes una idea bastante clara de quién soy y a qué dedico mi tiempo. Si lo que buscas ahora es una versión más convencional —fechas, cargos, proyectos, cursos, colaboraciones— puedes encontrarla en mi perfil de LinkedIn. Aquí, y últimamente sobre todo en estrategIA, en cambio, seguiré intentando hacer lo que más me gusta: pensar en voz alta sobre el futuro, la política y la tecnología, con Salamanca de fondo y un libro siempre encima de la mesa de trabajo.

A continuación les dejo una infografía generada con Nano Banana Pro a partir del texto anterior: